INESPERADO
El apuesto caballero protegió de las afiladas garras del dragón a aquella bella damisela. Justo cuando tenía a la bestia al alcance de su espada para darle muerte, la muchacha cogió una piedra y golpeó la cabeza de su guerrero protector. Éste cayó al suelo.
El dragón rugió y extendió sus garras hacia ella. En ese momento la bella joven se convirtió en dragona y los dos salieron de allí volando hasta perderse en el lejano horizonte. |