DULCES SOMBRAS DE LA LOCURA
Esparcía semillas para unos pájaros imaginarios en aquellos campos.
Todos los niños se reían de él. Todos se burlaban. Años después, los hijos de los niños que se rieron de aquel hombre, disfrutaban y jugaban a la sombra de los árboles que crecieron de aquellas semillas. |