ACTUACIÓN
El fantástico hombre bala del circo que había llegado a la ciudad pidió a aquella preciosa señorita que se introdujese con él en el cañón. Ella le guiñó un ojo y accedió encantada. Un ayudante prendió la mecha y, tras un fuerte fogonazo, salieron los dos disparados.
Nadie supo más de ellos. En el circo todos se quedaron muy tristes. Solamente el payaso continuó riendo. Él era el único que conocía el plan de huida de aquellos dos amantes clandestinos. |